Bibury, una diminuta aldea escondida entre las colinas de los Cotswolds, fue elegida por la revista Forbes, en colaboración con la agencia Unforgettable Travel Company, como el pueblo más lindo del mundo. Con menos de 600 habitantes, este rincón del condado de Gloucestershire, a 120 kilómetros al oeste de Londres, mantiene intacto el espíritu de la campiña británica del siglo XIV: casitas de piedra color miel, jardines perfectos y un silencio que parece suspendido en el tiempo.
Ubicado dentro de una Área de Excepcional Belleza Natural, Bibury está atravesado por el río Coln, un afluente del Támesis que serpentea entre praderas verdes y viejos sauces. La postal es tan idílica que parece una pintura viva.
El encanto intacto de la campiña británica
El escritor y artista William Morris ya lo había descrito, a fines del siglo XIX, como “el pueblo más encantador de Inglaterra”. Más de cien años después, su frase sigue siendo cierta.
Las calles adoquinadas, los techos cubiertos de musgo y los patos nadando bajo los sauces hacen de Bibury una escena perfecta del paisaje inglés tradicional. Sin embargo, esa misma belleza que lo hizo famoso también pone en jaque su calma.
Durante buena parte del año, la aldea conserva su serenidad rural, pero en temporada alta recibe hasta 20.000 turistas cada fin de semana. Se calcula que unos 50 colectivos recorren sus calles estrechas para fotografiar sus casas históricas.
“Tenemos un lugar tan hermoso que queremos compartirlo, pero el nivel de turismo lo ha vuelto completamente desagradable”, lamentó un vecino en declaraciones al diario The Guardian.
El conjunto más fotografiado es Arlington Row, una hilera de casas construidas en 1380 como almacenes de lana y convertidas en viviendas de tejedores en el siglo XVII. Hoy es Patrimonio Nacional del Reino Unido y uno de los sitios más compartidos en redes sociales por viajeros que buscan “el verdadero encanto inglés”.
The Swan, el único hotel del pueblo
A orillas del río Coln se levanta The Swan, el único hotel de Bibury y una joya arquitectónica que combina historia y elegancia. Con su clásico cartel azul de cisne blanco, el establecimiento ofrece 22 habitaciones —18 en la casona principal y 4 en pequeñas suites con jardín—, un restaurante de cocina local y una terraza florida donde los visitantes pueden disfrutar de un tradicional afternoon tea entre piedra, silencio y perfume a lavanda.
Europa, cuna de los pueblos más bellos
El informe de Forbes analizó 50 destinos rurales de todo el mundo y concluyó que Europa domina ampliamente el ranking: ocho de los diez primeros lugares pertenecen al continente.
Detrás de Bibury se ubicaron Hallstatt (Austria) y Reine (Noruega), seguidos por Giethoorn (Países Bajos), Oia (Grecia) y Kotor (Montenegro).
Con su aire medieval, su ritmo pausado y su inalterable belleza, Bibury encarna el sueño inglés de lo simple y lo eterno: un lugar donde el tiempo parece haberse detenido para siempre.